sábado, 23 de octubre de 2010

Pra la Juventud. Una vida controlada por Jesus

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En otro artículo, empezamos nuestra serie explorando lo que significa ministrar de una forma que imita a Jesús: cómo desarrollar un ministerio que refleja a Cristo. Para alcanzarlo vamos a mirar eventos claves en la vida de Jesús – la encarnación, la crucifixión, la resurrección, la ascensión y la segunda venida. Usando éstos, vamos a desarrollar una imagen de cómo debería ser un ministerio que realmente refleja a Jesús. En el artículo anterior vimos las dos fundamentos más importantes para un ministerio enfocado en Jesús. Primero, que tiene que estar basado en un entendimiento bíblico de Jesús. Segundo, que tiene que ser relevante culturalmente. Este mes, vamos a pensar sobre la Encarnación de Cristo.



“El Ministero Encarnacional”.



Esta es probablemente la idea reciente más popular para describir el ministerio cristiano de jóvenes. ¡Vete a Google y verás! La idea es sencilla. La forma en que ministró Jesús hace 2000 años en Palestina es la forma en que deberíamos ministrar a la juventud en el siglo 21. El Verbo se hizo hombre, entonces nuestra tarea es “hacer hombre el Verbo” en nuestro propio ministerio. Tenemos que hacernos, como dijo Martin Lutero, ‘pequeños Cristos’. Básicamente, tenemos que ser relevantes culturalmente en la forma en que trabajamos el ministerio de jóvenes, tomando tiempo con ellos. Tenemos que, como dicen los refranes, “encontrarles donde están” y “ganar el derecho” de compartir el Evangelio con ellos.



Dicen que el ministerio encarnacional tiene que estar motivado por el amor incondicional. Por su puesto, eso no es nada fácil. Es difícil amar y amar y amar uno tras otro cuando los jóvenes que queremos servir nos rechazan. Pero a la larga, el ministerio encarnacional se trata de amistad. Nunca hubiera dado la bienvenida a la Verdad de Cristo Jesús si no fuera por un pequeño grupo de Cristianos que se hicieron mis amigos hace 24 años. No me pusieron ninguna obligación. Simplemente eran amigos. Estaba consciente de que pusieron el Evangelio en acción y encarnaron la verdad de Cristo mucho más antes de que les pedí que me explicaran esas verdades. Me imagino que para muchos de vosotros sería igual.

Más allá que la encarnación

Tristemente, la encarnación como un modelo para el ministerio de jóvenes está en peligro de ser hecha demasiado sencilla porque no hemos estado preparados para luchar con su valor actual en el ministerio. Demasiadas veces, la encarnación es un ideal al que aspiramos en vez de ser un estilo de vida que vivimos. Cuando el Verbo se hizo Encarnado, fue mucho más que solamente hacerse hombre y crear amistades. La encarnación fue muy costosa para el Hijo de Dios – y no solamente por su crucifixión. El acto de encarnación en sí era costoso. Para realmente redimir esta noción para el ministerio, tenemos que redimir la naturaleza costosa del acto en sí mismo.



Filipenses 2:5-11 es un buen lugar para empezar a explorar la idea del ministerio encarnacional. Por su puesto, este pasaje no se trata de Jesús. Se trata de tí y de mí. Pablo empiece en el versículo 5 diciendo, ‘La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús’. En los siguientes versículos, Pablo resume el costo verdadero de un ministerio encarnacional:

‘La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,

quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!’


Si queremos entender cómo la Encarnación nos puede ayudar a desarrollar un ministerio que refleja a Cristo, tenemos que analizar este pasaje.

1. El abandono de la Igualdad



‘no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse’

Una de las cosas más tristes que podemos ver en nuestras iglesias es cuando los Cristianos entran en los juegos de poder. Es inapropiado que el Evangelio ve a hermanos y hermanas cristianos luchando para su posición, título y respeto de la congregación – ¡por su puesto con una sonrisa, una palabra cariñosa y un abrazo! Según Pablo, ésta no era la forma de actuar de Cristo. De hecho, reinvidicar el poder y privilegio es contrario a lo que podemos ver en el acto de Encarnación. Jesús podría haber literalmente reinvidicado igualdad con Dios como su derecho divino. Pero escogió no hacerlo.



El ministerio Encarnacional empieza con la idea que poderes y privilegios no deben ser reinvidicados. Quizás tenemos el “derecho” de tener ciertos beneficios como parte del equipo del ministerio de jóvenes pero eso no significa que deberíamos reinvidicarlos. Las tentaciones en el ministerio de jóvenes son muy reales. Siempre tenemos que estar alerta; puede que los jóvenes nos vean como modelos de conducta y a veces ser tremendamente atentos a cada palabra que decimos. Tenemos que asegurarnos que esto no nos lleva a abusar nuestra posición y reinvidicar más que realmente nos pertiene.



En las últimas décadas hemos visto la profesionalización del ministerio en varias partes del mundo. Esto ha resultado en que el entrenamiento, el alojamiento, los salarios y la formación de grupos para sostener la gente involucrado en el ministerio y las personas que proporcionan el entrenamiento han mejorado. Más que nunca, gente que trabaja con jóvenes es consciente de sus ‘derechos’ y sus ‘responsabilidades’. ¿Hemos creado un ambiente para el ministerio que contrasta con los principios del ministerio de encarnación? El ejemplo de Cristo es el abandono de derechos y privilegios, no la reivindicación. Quizás en las próximas décadas nos vamos a dedicar a alcanzar un equilibrio correcto.

2. El abandono de uno mismo



‘se vació a sí mismo’
¿Qué significa que Jesús se vació el mismo? ¿De alguna forma se hizo menos de lo que era? Por muchos siglos, teólogos se han desconcertados sobre esto. Sin embargo, no estoy seguro que ésta es la pregunta correcta. En vez de preguntar, ‘¿Cómo se vació Cristo?’ quizás deberíamos preguntar, ‘¿En qué se vació Cristo?’ En vez de la imagen de vaciar una jarra de agua, tenemos que imaginar el agua siendo vertida en algo. Es ese algo que va a dar sentido a este pasaje…

3. La aceptación del estatus de siervo



‘se redujo a la condición de un esclavo’


…y el algo se trata de servir. Darse totalmente y completamente. Jesús es el siervo de todos. No escogió a quién iba a servir. Esa es la parte dura del ministerio – ser siervo de todos. Suele ser que la tentación para los involucrados en este ministerio es fallar en una o más cuestiones acerca del hecho de servir.



Primero, somos tentados en ser exigente sobre a quien decidimos servir. Suele ser que nuestras iglesias existen para los aceptables y rechazan los inaceptables.



Yo era el párroco de una iglesia hace muchos años en el este de Londres. Una señora de la calle empezó a a asistir nuestros cultos los domingos por la noche. Después de un mes, un pequeño grupo de señoras respetables, que por muchos años habían estado asistiendo regularmente, me dieron un ultimátum. Me comentaron sobre el problema del fuerte olor de la señora (¡como si no lo hubiera notado!) diciendo ‘necesitas tomar una decisión, párroco. Esta señora está estropeando nuestros cultos. O le pides que deje de asistir nuestra iglesia ¡o nosotras nos vamos!’. Por un tiempo eché de menos a este grupo de señoras…pero rápidamente se me pasó.



Segundo, somos tentados a ser siervos – pero no en sí mismo. Puede ser que decidamos servir a nuestros jóvenes para que se conviertan a le fe. Puede ser que decidamos servir a nuestros jóvenes para que encuentren nuevos amigos dentro de la familia de la Iglesia. Puede ser que decidamos servir a nuestros jóvenes para que el tamaño de nuestro grupo de jóvenes crezca. Puede ser que no seamos conscientes de estas fuerzas motrices pero tenemos que examinar nuestros corazones y nuestros motivos. El servicio condicional no es la actitud de Cristo. El sirvió. Punto. Cristo se hizo el siervo de todos y continuó sirviendo aún cuando la mayoría escogió no reconocerle. Jesús nunca sirvió para que…Jesús simplemente sirvió.

4. La aceptación de identificación



‘hecho semejante a los hombres’



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Cuando la gente conoció a Jesús, conoció a un hombre. Jesús era uno de nosotros – y al mismo tiempo diferente. El Dios-Hombre adopta la cultura humana mientras manteniéndose despegado de ella. Somos llamados a estar en el mundo pero no del mundo: a ser Judíos cuando estamos con Judea, Gentiles cuando estamos con Gentiles. A ser todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles. No es fácil adoptar la cultura al mismo tiempo de mantenerse despegado y auténtico. Es difícil adoptar la cultura de jóvenes sin fingir que somos parte de la cultura de jóvenes. Si nos equivocamos con el equilibrio, nos ponemos en peligro de estropear nuestra buena obra.



Por tres años en los 90, trabajé con un grupo bravucón en un barrio cerca de Birmingham (Inglaterra). Decidimos abrir una cafetería para ellos una vez a la semana en nuestra iglesia. Recuerdo estar tan preocupado en el hecho que tenía que ser un éxito, que planeé cada detalle de la primera noche de esta nueva aventura valiente. Cuando estos jóvenes medio sospechosos cruzaron el umbral de nuestra cafetería, subí el volumen de la música que había traído esa semana – una compilación de música Rave. Los jóvenes se quedaron sentados toda la noche, hablando bajito. Cuando cerramos la cafetería al fin de la noche, les pregunté a unos de los chicos si lo habían disfrutado. Movieron sus pies nerviosamente. Al fin uno dijo algo.



‘Estaba bien. Pero…’



‘¿Pero qué? le pregunté curiosamente.



‘Pues…me gustó mucho…pero…la próxima vez ¿podemos traer nuestra propia música?’



¡El ministerio Encarnacional no requiere que parezcamos al tanto de la última moda, si no estamos al tanto de la última moda! La autenticidad si que es lo más importante. Como gente que trabaja con jóvenes, somos llamados a estar en su mundo sin intentar ser de su mundo.

Una Vida Controlada

‘se humilló a sí mismo y se hizo obediente’

Jesús era completamente obediente a Dios con respecto a sus acciones (Jn. 5:19), juicios (Jn. 5:30) y su hablar (Jn. 8:28). Obediencia a Dios el Padre es la enseñanza que el nos da através del Sermón del monte: obediencia en conducta (Mat. 5:15, 44, 48,6:1), oración (Mat. 6:8, 9, 7:11) y su dependencia habitual en Él (Mat. 6:31, 32).



En el esfuerzo de ser relevante, es un error olvidar nuestra responsabilidad de modelar obediencia para los jóvenes que servimos. Hoy en día, un indicio triste del estado de la fe cristiana, tan profundamente feo a muchos jóvenes, es que ahora no es algo que merece la pena vivir, y mucho menos morir. Si aprendemos una cosa de la subida del fundamentalismo religioso hoy en día entre los jóvenes en nuestra sociedad, seguramente es que la obediencia a una causa es una opción atractiva. No es solamente cierto con respecto al fundamentalismo. El Islam, el Budismo y el Hinduismo también se están haciendo más populares y cada uno de éstos se centran en la disciplina.



Como un párroco en una zona en el este de Londres predominantemente musulmán, solía estar confrontado con el abismo que existía entre el testimonio cristiano y el de la comunidad islámica local. Este abismo nunca era más notable que los viernes por la noche. En frente de la vicaría donde vivía, había un cruce pequeño en la calle. En un lado había un pub. Al otro lado había una mezquita. Cada viernes a las 10 de la noche, veía por la ventana un contraste de dos culturas presentadas. En una acera chicos blancos estaban saliendo en cantidades por las puertas, borrachos, ruidosos, abusivos. En la otra acera, chicos Musulmanes salieron calladitos de la mezquita, con Coranes en sus manos, después de una noche de oración y adoración. La diferencia entre estas dos culturas no podía haber sido más pronunciada.



Es una falacia que los jóvenes no están atraídos a una vida de obediencia. Si la causa es adecuada, jóvenes siempre serán obedientes. Hoy en día el reto que confronta ministros de jóvenes es representar la cristianidad como una causa justa, que vale la pena vivir y morir por ella. No vamos a poder enfrentar el reto a menos que estemos convencidos nosotros mismos y que estemos preparados a vivir adecuadamente.

Una muerte controlada

‘se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!’


La dedicación de Jesús hacia la humanidad era total. El llamado supremo del ministerio de jóvenes es la necesidad de estar preparados a morir a nosotros mismos (literal y metafóricamente). Es, por su puesto, una idea escandalosa. Es un escándalo para una institución (la iglesia) renunciar a todo poder y privilegio. Es un escándalo para los que son espiritualmente ricos y poderosos (los del liderazgo) ser llamados a tomar la forma de sirvientes – sin preguntas y sin motivos. Es un escándalo que el Cuerpo de Cristo (todos nosotros) es llamado a renunciar todo lo que tiene para modelar a Cristo. Es escandaloso para una iglesia tradicional ser llamada a morir.

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