No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación.
Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el SEÑOR,
que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que guarda la verdad para siempre;
que hace justicia a los oprimidos, y da pan a los hambrientos. El SEÑOR pone en libertad a los cautivos.
El SEÑOR abre los ojos a los ciegos, el SEÑOR levanta a los caídos, el SEÑOR ama a los justos.
El SEÑOR protege a los extranjeros, sostiene al huérfano y a la viuda, pero trastorna el camino de los impíos.
(Salmo 146: 3;5;7-10)
En Cuba casi todo el mundo aspira vivir a expensas del Estado, ya sea de los organismos represivos e improductivos o del extremo diagonalmente opuesto: la delincuencia y la ilegalidad, olvidándose que solamente un minúsculo clan sostenido por bayonetas es quien vive a expensas del pueblo en flanco incumplimiento constitucional, y en el pueblo recayendo toda la responsabilidad de la mala administración del Gobierno. Si las TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas) son patrocinadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias ¿Hacia donde irán esas recaudaciones y para qué? ¿Existe otro país donde el ejército sea quien patrocine el comercio?
Queda una vez más demostrado que los valores del príncipe de Cuba son opuestos a los del pueblo
Una casta no hace la Patria, todos somos la Patria.
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