viernes, 30 de octubre de 2015

ADOLESCENCIA: ¡EN LA ENCRUCIJADA!



James L. Minton

Cualquier esfuerzo por definir la adolescencia precipita varias preguntas: Define usted la adolescencia en base a cuándo comienza?
¿Define la adolescencia en base a lo que pasa durante ese período?
¿Define usted la adolescencia en base a lo que pasa cuando uno emerge de la adolescencia a la adultez temprana?

Estas tres preguntas son válidas al desarrollar una definición sobre lo que es la adolescencia.
En cuanto a cuándo comienza la adolescencia, muchas sugerencias han sido ofrecidas:
Cuando el nivel de las hormonas de adulto se eleva rápidamente en la sangre.
Cuando los muchachos comienzan a pensar en tener citas con los del sexo opuesto.
Cuando las muchachas tienen diez años y los muchachos doce.
Cuando se empieza a tener interés por el sexo opuesto.
Cuando repentinamente los muchachos llegan a ser caprichosos.
Cuando los niños cumplen trece años.
Cuando los muchachos forman grupos sociales exclusivos.
Cuando los muchachos comienzan a pensar en independizarse de los padres.
Cuando se preocupan de cómo se ven sus cuerpos.
Cuando se comienza la escuela secundaria.
Cuando la opinión de los amigos influye más de lo que los padres piensan.
Cuando los muchachos comienzan a querer saber quiénes son realmente.

Hay algo de verdad en cada una de estas declaraciones, pero ninguna puede establecerse por sí sola como la definición del comienzo de la adolescencia.
En relación con lo que está pasando durante el período de la adolescencia, sólo use su imaginación para una definición. La juventud de la década de los ochenta son bombardeados de todos lados por “fuerzas ambientales” que tuercen, estiran y distorsionan sus sentidos de la realidad y valor. Dos palabras claves emergen para el adolescente: posición y sobrevivencia.
Lo que sucede cuando un joven pasa de la adolescencia a joven adulto puede ser más claramente definido. Ninguna edad cronológica puede ser marcada, pero varias cosas son evidentes de acuerdo con Robert J. Havighurst:
Selección y preparación para una ocupación.
Desarrollo de habilidades intelectuales y conceptos necesarios para la participación cívica.
Alcanzar una conducta social responsable.
Preparación para el matrimonio y la vida familiar.
Desarrollo de un sistema de valores como guía para la conducta ética.

DEFINICIONES
Con este material como trasfondo consideraremos ahora tres diferentes perspectivas desde dónde ver la adolescencia, mientras desarrollamos las definiciones para cada perspectiva. Las diferentes perspectivas pueden ser declaradas simplemente como biológica, social y sicológica.
Los científicos sociales con una orientación “biológica” definirían la adolescencia como el tiempo entre el comienzo de la pubertad y cuando se completa el crecimiento de los huesos. Los científicos sociales con una orientación “sicológica” la definirían en términos de cómo piensan y se sienten los adolescentes acerca de sí mismos.
Los teóricos con una orientación “social” (sicólogos y sociólogos) la definirían en términos del papel que los adolescentes juegan en una sociedad más grande — ni niño ni adulto, sino alguien en medio.
Biológicamente, la conducta del adolescente se explica en términos de los cambios físicos sufridos por los adolescentes.
Sicológicamente, la conducta del adolescente se explica en términos del pensar y sentir (desarrollo de la personalidad).
Socialmente, la conducta del adolescente se explica como una respuesta a una posición marginal en la sociedad.
Cualquier intento por presentar una definición completa de la adolescencia tendría que incluir cada uno de estos tres aspectos.

TEORÍAS
Veamos más de cerca las teorías sobre el desarrollo del adolescente. Estas teorías generalmente se agrupan en cuatro categorías: biológica, sociológica, sicoanalítica y cognoscitiva.

Teóricos Biológicos: G. Stanley Hall y Arnold Gesell
La primera de las principales teorías biológicas sobre la adolescencia fue formulada por G. Stanley Hall (1904, 1905). Hall fue influenciado grandemente por el trabajo de Carlos Darwin y buscó aplicar los principios de la evolución a un entendimiento del desarrollo de la adolescencia. La proposición de Hall fue que en el transcurso de su desarrollo, los niños progresan a través de una serie de etapas, similares a aquellas por las cuales la raza ha progresado en su historia evolucionista. La “teoría de recapitulación” de Hall también sugirió que el curso de desarrollo es, en gran parte, predeterminado por asuntos genéticos.
Por lo tanto, él insistió fuertemente a los padres a no turbarse mucho con la manera en que sus hijos actúen en alguna etapa particular porque eso pasará pronto, tal como nuestra historia. Hall sostuvo que esto vendrá y se irá a pesar del ambiente del niño, porque el curso de desarrollo ha sido determinado por factores genéticos.
Evidencia subsecuente de naturaleza antropológica (no incluyendo obvias creencias cristianas) — demostrando que los niños se comportan muy diferentemente en diversas culturas, y también que el ambiente sí tiene efecto significante sobre el desarrollo de un niño — ha invalidado ampliamente este aspecto de la teoría.
Un aspecto de la teoría de Hall ha encontrado limitado apoyo contemporáneo.
El describió la adolescencia como un tiempo de “tormenta y tensión”. Esta fue una expresión prestada de un movimiento literario de su tiempo. Entre otras cosas, Hall pensó que en la adolescencia se paralelaba la consigna del movimiento a un idealismo excesivo y rebeldía contra el orden establecido. La mayoría de las teorías están de acuerdo en que en la adolescencia hay tiempos tormentosos y de presión. Algunos irán un poco más allá para sugerir que estos tiempos son necesarios, y son la fuerza motivadora que desarrolla un
autoconcepto estable.

El segundo de los principales teóricos biológicos es Arnold Gesell. Al igual que Hall, Gesell basó sus teorías del desarrollo sobre la creencia de que los factores biológicos son ampliamente responsables for las características de la personalidad de los niños en las varias etapas de su desarrollo. Contrario a lo propuesto por Hall, Gesell dio al ambiente un papel importante como el causante de variaciones entre los individuos.

La teoría de Gesell ha sido descrita como una teoría de maduración, una teoría de crecimiento espiral, y una teoría de un diseño por edad. Su teoría se llama de maduración a causa de su fuerte creencia en que varias capacidades, así como características de la personalidad, resultan de la genéticamente determinada secuencia de maduración que se lleva a cabo. También se le llama una teoría de crecimiento espiral porque presenta al individuo en progreso, seguido por una regresión y después otro período de progreso. Esta regresión
o “caída” da tiempo al individuo para consolidar las ganancias obtenidas en su progresión y así asimilarlas mejor. Finalmente, es una teoría de diseño por edad porque mucho del trabajo de Gesell describe el progreso del adolescente en diferentes niveles de edad.
Los niveles de edad para la adolescencia propuestos por Gesell comienzan a los diez años, y terminan a los dieciséis. El se adelantó a los de su tiempo al iniciar este período a los diez años, pero se paró varios años antes, a los dieciséis. Gesell estaba consciente de las debilidades en un abordamiento como éste, pero él proveyó una manera de medir los alcances y características de los jóvenes, basada sobre la edad cronológica.
Aquí hay un resumen de los niveles de edad propuestos por Gesell:
Diez años. Está bien ajustado, altamente sensitivo a la justicia, seguro, obediente y apasionado por el hogar. Es descuidado en su apariencia y no se interesa en el sexo opuesto.
Once años. Es caprichoso, incansable, rebelde y pendenciero. Es dado a largos períodos de silencio y argumenta con los padres y hermanos.
Doce años. Mucha de la turbulencia de los once años ha desaparecido.
Viene a ser más razonable y tolerante. Es más influenciado por sus compañeros, más independiente de sus padres, y llega a ser dolorosamente consciente de su apariencia. Por primera vez demuestra interés en el sexo opuesto.
Trece años. Es intratable, distraído y muy sensitivo a la crítica. Es tenso, crítico y ampliamente consciente de sí mismo. Tiene menos amigos que el año anterior, pero los que tiene son mucho más cercanos.
Catorce años. Repentinamente es un extrovertido. Es confidente y expresivo. Gasta horas discutiendo con sus amigos sobre personalidades y personajes y frecuentemente se identifica con héroes.
Quince años. Tiene un elevado espíritu de independencia. Es bullicioso, rebelde e impredecible. Tiene tensiones en aumento. Los conflictos con los padres y el personal de la escuela están en aumento. No pareciera, pero a los quince años es el comienzo del autocontrol.
Dieciséis años. Seguro de sí mismo y tiene una personalidad más balanceada y ajustada. Es alegre, amigable, paseador, bastante ajustado y muestra muy poca rebeldía. Está orientado al futuro y es el prototipo del preadulto.

La teoría de Gesell tiene varios puntos débiles. Las muchachas generalmente están año y medio o dos más adelante que los muchachos en términos de cambios biológicos al comienzo de la adolescencia. La edad cronológica no es el mejor índice del desarrollo social, emocional y físico durante la adolescencia.
Finalmente, estos diseños no toman en consideración a aquellos que maduran más tarde, o las varias circunstancias en el hogar, la escuela y con los grupos de compañeros.

Teóricos Sociólogos: Robert J. Havighurst
Havighurst es posiblemente el más conocido teórico sociólogo en relación con el desarrollo de los adolescentes. Al inicio de la década de los cincuenta, él identificó diez tareas de desarrollo para el adolescente. La persona joven se esfuerza por alcanzar estas tareas mientras progresa a través del período de la adolescencia. Después de veinte años, Havighurst revisó su trabajo y presentó un juego de ocho tareas. Estas tareas representan habilidades, conocimientos, funciones y actitudes que la gente joven debe adquirir a través de la maduración física, expectaciones sociales y esfuerzo personal. El dominio de las tareas de la
adolescencia resultan en madurez. Fallar en dominar las tareas de la adolescencia resulta en ansiedad, censura social y muy probablemente en la inhabilidad de funcionar como una persona madura. Una breve descripción de cada una de las ocho tareas se presenta en seguida. El lector debe recordar que hay diferencias significantes en las tareas de desarrollo en las clases sociales alta, media y baja.
Formar nuevas y más maduras relaciones con compañeros de la misma edad y de ambos sexos. El adolescente debe moverse del interés por los compañeros del mismo sexo y de juego de la niñez mediana, para establecer amistades con el sexo opuesto. Esta tarea es la precursora de las relaciones normales como adultos.
Alcanzar un papel social masculino o femenino. Ciertas conductas, actitudes y valores se esperan de los hombres y mujeres. Hay fuerzas sociales que están causando cambios en lo que se espera de un hombre o de una mujer. A menos que el adolescente acepte su propia sexualidad como un hombre o una mujer y encuentre un papel sexual aceptable, él o ella se sentirá y estará desajustado.

Aceptar el físico propio y usar el cuerpo efectivamente.
Los adolescentes frecuentemente se preocupan en extremo por el desarrollo físico de sus cuerpos. Durante este período algunos cambios están sucediendo muy rápido, mientras que otros van muy despacio. Algunos adolescentes están satisfechos con sus cuerpos, pero la mayoría puede fácilmente encontrar faltas. Muchos se preguntan si ellos son “normales”.
Lograr independencia emocional de los padres y otros adultos. Hasta este punto, los niños han dependido de los padres para tener amor, elogio y ternura.
Ahora deben desarrollar su entendimiento y respeto por sus padres sin la dependencia emocional. La relación con los compañeros facilita este crecimiento, pero es un proceso lento y no necesita ser un evento abrupto.

Seleccionar y prepararse para una ocupación.
Una de las principales metas para el adolescente es decidir qué hacer con su vida vocacionalmente, y después prepararse para hacerlo. Esta tarea está viniendo a ser cada vez más difícil, según la economía cambia y la industria progresa a su presente estado de
automatización.

Prepararse para el matrimonio y vida familiar.
Los patrones para el matrimonio y la vida familiar de hoy están siendo reajustados a las cambiantes características económicas, sociales y religiosas de nuestra sociedad.
Demandas educacionales apartan a algunos del matrimonio mientras que a otros los anima. El vivir juntos y los matrimonios a prueba se han popularizado para retar los conceptos tradicionales.

Desear y alcanzar una conducta socialmente responsable.
Cambios violentos en el estilo de vida, especialmente en el área del matrimonio y la vida familiar, han opacado esta tarea para el adolescente. La sociedad ahora provee numerosos
modelos de aparente “conducta socialmente aceptable”, incluyendo cohabitación, vivienda comunal y otras variedades de conducta heterosexual y homosexual.

Adquirir un juego de valores y un sistema ético como una guía de conducta.
A través de toda la niñez, el individuo es educado dentro del sistema de valores
de los padres. Ya como un adolescente, los valores del individuo son probados
fuera del círculo familiar. Después, el adolescente debe aceptar o rechazar las
enseñanzas familiares; pero el rechazo demanda que se encuentre una alternativa. A través de este método, el adolescente construye su propio sistema de valores y su filosofía de la vida.

Teóricos Sicoanalíticos: Erik Erikson y James Marcia
La teoría de Erikson sobre la adolescencia descansó grandemente sobre el trabajo de Sigmund Freud, pero resultó en una aplicación mucho más práctica.
Erikson describe ocho etapas en el desarrollo humano. En cada etapa el individuo debe confrontar un área de conflicto exclusiva a esa etapa. La confrontación produce una de dos reacciones totalmente diferentes. Una es positiva y la otra negativa. Obviamente, una reacción negativa produce problemas e impide progreso hacia la próxima etapa.
Para el adolescente, Erikson tituló la tarea: identidad frente a confusión de identidad. Aquí el esfuerzo real es establecer un sentido de identidad personal ya que el individuo ha lidiado con crisis de identidad en los años anteriores a la adolescencia. Erikson cree que durante la adolescencia debe haber una integración de todos los elementos de identidad convergentes y una resolución de conflicto, la cual él ha dividido en siete partes principales. Las siete partes
del conflicto son expresadas como tendencias bipolares.

Perspectiva temporal frente a confusión de tiempo.
Los adolescentes deben desarrollar un concepto estable del tiempo en cuanto a sus propios cambios y su eventual posición en la sociedad adulta. Ellos deben ser capaces de coordinar el pasado y el futuro a fin de poder entender cuánto tiempo requieren para encontrar un sentido apropiado para sus planes en la vida.

Autocerteza frente a autoconciencia.
Los adolescentes deben desarrollar confianza en sí mismos, basándose en experiencias a fin de que puedan creer en ellos mismos y sentir que tienen una oportunidad razonable para lograr futuras metas. La imagen propia y las relaciones sociales juegan un papel importante en el logro de esta tarea.

Experimentación de papeles frente a fijación de un papel.
En su intento por descubrir quién es él o ella, el adolescente descubre muchas cosas que no es. Puede experimentar con identidades diferentes, personalidades, ideas, filosofías, maneras de caminar y hablar. La identidad emerge a causa de esta experimentación. La meta es rechazar los papeles negativos con los cuales se ha experimentado y adoptar el papel más positivo posible.

Aprendizaje frente a parálisis de trabajo.
La meta de esta tarea es guiar el adolescente a centrarse en un envolvimiento productivo en una vocación, y rechazar la inactividad. El adolescente debe comenzar a experimentar o tomar en consideración ideas de posibles avenidas de trabajos en la vida.

Identidad sexual frente a confusión bisexual.
Resolver la crisis de identidad sexual envuelve identificarse con un papel sexual apropiado y
rechazar las tendencias bisexuales. Desarrollar una clara identificación con uno u otro sexo es una base importante para futuras intimidades heterosexuales, y para una identidad firme.

Polarización de liderazgo frente a difusión de autoridad.
Los adolescentes deben llegar a estar conscientes de su potencial como líderes o la ausencia de ello. Hay tiempos cuando los adolescentes deben guiar, y hay tiempos cuando deben ser guiados. Es importante que el joven sea abierto a cualquier situación que exista.
Dedicación ideológica frente a confusión de ideales.
Este conflicto está estrechamente relacionado con todos los demás, porque un sistema de
valores, o la ausencia del mismo, condiciona el cómo el adolescente trata con las otras seis áreas de conflicto. A medida que nuestra sociedad viene a ser más laxa en sus demandas, para la gente joven llega a ser más difícil tener un cuadro claro de ideales y de compromisos.
Muchos estudios han seguido al de Erikson al intentar tratar con la identidad de los adolescentes.
James Marcia provee una descripción muy útil de la identidad del adolescente empleando las palabras crisis y compromisos. Sin considerarlas en su contexto normal, estas palabras tienen un significado amplio cuando vemos el asunto de identidad en la adolescencia. La palabra crisis se entiende como queriendo decir cualquier conflicto que el adolescente encuentra con respecto a identidad. Compromiso se entiende como cualquier resolución a los tipos de crisis previamente mencionados. Con este marco de referencia, es posible desarrollar cuatro áreas de identidad. Estas áreas serán numeradas porque, dentro de sus límites, se suceden en orden.

1. Identidad Confusa. — El adolescente en este estado no ha tenido ninguna crisis de identidad y no ha hecho ningún compromiso. No crisis/no compromiso. Los adolescentes no han pensado seriamente acerca de una posible ocupación y no están preocupados acerca del asunto. Ellos parecen estar interesados en asuntos ideológicos o sentir que un punto de vista es tan bueno como otro. “Retraimiento” parece ser la mejor palabra para caracterizar
esta etapa.
2. Identidad Restringida. — El adolescente en este estado está comprometido, pero no ha experimentado ninguna crisis. No crisis/compromiso. Los ejemplos más comunes de restricción envuelven a los individuos cuyas decisiones políticas, religiosas y vocacionales han sido esencialmente tomadas por sus padres, o a veces por los compañeros. Ellos llegan a ser lo que otros intentan que sean, sin que realmente decidan por sí mismos. Su seguridad descansa en evitar cualquier cambio o presión.
3. Identidad Neutralf2 El adolescente en este estado ha experimentado crisis, pero no ha hecho ningún compromiso. Crisis/no compromiso. Un tiempo de neutralidad es extramadamente importante para el adolescente. Tal como es definido por Erikson, este es un período cuando claramente el adolescente no es ni niño ni adulto. Esta etapa es el mejor tiempo para que el adolescente cuestione qué tipos de compromisos hará cuando enfrente la multitud de crisis que experimentará.
4. Identidad Completa. — En este estado, el adolescente ha experimentado diferentes crisis y ha hecho varios compromisos. Crisis/compromisos. El adolescente tiene una definición propia estable, está dedicado a un curso de preparación o ya se ha preparado para una vocación, y entiende sus oportunidades y limitaciones.
En resumen, en el primer ejemplo, el adolescente no sabe quién es él o ella y no le importa (identidad confusa). En el segundo, la identidad ha sido impuesta sobre el adolescente, ya sea por sus padres o algunas veces por el estado (identidad restringida). En el tercero, el adolescente está tratando de descubrir quién es él o ella y lo que será (identidad neutral). En el último ejemplo, el adolescente ya ha alcanzado una identidad (identidad completa).

Teóricos Cognoscitivos: Jean Piaget y David Elkind
Piaget es probablemente el más conocido e influyente de todos los teóricos cognoscitivos. El dividió las etapas individuales del desarrollo cognoscitivo en cuatro partes principales. Las etapas sensorimotor y preoperacional generalmente cubren desde el nacimiento hasta los siete años de edad. Los años de adolescencia empiezan a enfocarse durante la segunda parte de la
tercera etapa (operacional concreta) y toda la cuarta (operacional formal). La etapa operacional concreta cubre desde la edad de once a catorce o quince años y trata con proposiciones de pensamientos y la habilidad de lidiar con lo hipotético. Piaget subrayó que estas edades son sólo una aproximación. En efecto, algunas pruebas recientes de recién ingresados a las universidades, han revelado que sólo cerca de la mitad de ellos han alcanzado el pensamiento operacional formal.
David Elkind, un prominente sicólogo seguidor de Piaget, trajo bajo enfoque el concepto del egocentrismo en el adolescente. Elkind propuso que el egocentrismo puede ser un “puente entre el estudio de la estructura cognoscitiva, por un lado, y la exploración de la dinámica de la personalidad”, por el otro.
El adolescente debe aprender a distinguir entre los pensamientos de otra gente y los propios. Ya que el adolescente está muy preocupado con su propia conducta, él/ella cree que otros también lo están. Este egocentrismo guía a dos características en la conducta del adolescente: la construcción de una “audiencia imaginaria” y la creación de una “fábula personal”. La influencia de la audiencia imaginaria causa que el adolescente se sienta como que está sobre
una “plataforma”, o constantemente vigilado. Siendo que el adolescente inventa su propia audiencia, ésta sabe todo lo que él sabe — todos sus defectos y problemas personales. La influencia de la fábula personal puede causar que el adolescente sienta que su experiencia es totalmente única y que nunca nadie más ha sido tan bueno o tan malo.
La audiencia imaginaria gradualmente da paso a la audiencia real, y la fábula personal da lugar a un entendimiento más profundo de la realidad. Con un mejor sentido de la realidad, el egocentrismo desaparece y la adultez comienza a emerger.

TEORÍAS EN PRÁCTICA: ASUNTOS DE MINISTERIO
La primera parte de este capítulo ha sido un intento de tratar muy brevemente algunas teorías bastante extensas a manera de introducir al lector a las diferentes perspectivas de desarrollo del adolescente. El resto de este capítulo tratará con aplicaciones y consideraciones prácticas de las teorías previamente mencionadas.
El adolescente funciona en una variedad de “mundos”, incluyendo la escuela, el hogar, los compañeros y probablemente la iglesia. En muchos casos, el adolescente, de alguna manera, es una persona diferente en cada mundo.
Como resultado de esto, un maestro en la escuela puede pensar que no tiene esperanza. A la confusión de todo esto, debe sumarse la aplicación de la “teoría de crecimiento espiral” de Gesell la cual tiene un efecto como de sube y baja en la conducta y actitud del adolescente. En la teoría de Gesell, todos los años pares son pacíficos, mientras que los años impares son turbulentos. Por lo tanto, un buen año es seguido por uno malo. Esto puede ayudar a explicar al maestro de la escuela dominical que trabaja con adolescentes el porqué sus alumnos son diferentes de un año al otro.
Debe notarse que esto rara vez cae cabalmente dentro del paquete de un año.
Sin embargo, la secuencia de bueno-malo parece ser verdad. Es muy raro para un adolescente extenderse sobre dos “buenos” años completos. Para algunos adolescentes, los años vienen a ser un asunto de meses. Un año difícil, el de los trece, puede pasar en seis meses. Obviamente, un sinnúmero de factores ambientales entran en juego en este punto. Todos los “mundos” en este tiempo están dentro de la esfera de la influencia. Tal vez el mejor consejo a los padres o trabajadores con jóvenes durante este tiempo, será ser un poquito más tolerantes y entendidos de los “malos” años, y un poco más apreciativos y animadores durante los “buenos” años.
No es totalmente extraño para un adolescente el experimentar muy poco del sube-baja, el síndrome de bueno-malo, pero es muy raro. Algunas investigaciones han indicado que cuando pasa algo como esto, más tarde en la vida, ya siendo un adulto, experimentará el efecto de sube-baja. Esto sucederá en un tiempo cuando ya no será muy aceptable, como lo hubiera sido durante los años de la adolescencia.
De especial preocupación para el adolescente, durante el desarrollo, es la búsqueda de su identidad y el fortalecimiento de su autoimagen. Merton Strommen, en su libro: Five Cries of Youth (Cinco Gritos del Joven), dice que casi tres cuartas partes de toda la gente joven batallan con una baja autoestimación, en uno u otro tiempo.
Una buena y positiva autoimagen es una necesidad para el adolescente, y bien puede ser la cosa más difícil para lograr. Los jóvenes, mientras funcionan en el mundo, miran televisión, van a los cines, leen revistas y ven a otros jóvenes y jóvenes adultos. Pero los otros que ellos ven son modelos y estrellas de cine, mientras que ellos no se ven así. Por lo tanto, como no se ven o actúan como los modelos y las estrellas de cine, los adolescentes piensan que algo debe estar mal en ellos. No se sienten bien porque creen que no dan la altura. También, la vida no se sucede tan llanamente como en las películas o la televisión; así que, algo debe estar mal en él/ella. Los adolescentes pueden o no entender en sus cabezas que esto es ficticio, pero rara vez entienden en sus corazones que lo que ven no es real.
La apariencia física y la belleza no están en su punto cumbre para el adolescente durante los primeros o últimos años de la escuela secundaria. Ellos no se ven tan bien como las estrellas jóvenes en la pantalla. El hecho que ellos tengan problemas con su piel, pelo, dientes, voz y peso, no ayuda mucho en la situación de la autoimagen. El adolescente está experimentando una gran cantidad de cambios fisiológicos, muchos de los cuales afectan su apariencia externa. Poco o mucho de cualquier apariencia extraña en este tiempo puede ser devastador. Aquí las palabras clave para el adolescente parecen ser normal y promedio, de los cuales ellos no son ninguno.
Otra situación que no ayuda nada en la autoimagen es el hecho de que el adolescente piensa que las luchas internas que está experimentando se reflejan externamente. En otras palabras, porque el adolescente se ve mal en su interior, piensa que se ve mal exteriormente para otros.
Al tratar los problemas de la autoimagen, el mandato es doble: ayude al adolescente a conocer y entender que no es un producto terminado y evite llamar la atención a su apariencia. No sea atrapado con el pasatiempo popular entre los jóvenes de humillarse uno al otro. Esto es aceptable entre ellos, pero no para que un adulto lo haga. El humillar a otros es uno de los clásicos mecanismos de defensa de todos los tiempos, porque si usted hace ver mal a alguien más, eso ayuda a que usted se vea un poco mejor. Pero esto debe ser un tabú para el adulto.
En cuanto al producto terminado, recuerde a los jóvenes que los años de la juventud sólo son como un entrenamiento para el gran juego — la vida. Está bien cometer errores y confundirse en la práctica, para eso está diseñada. Lo más importante es el juego — la vida. Sin embargo, siendo que el adolescente vive en el “ahora” debe cuidarse de no vivir mucho en el futuro o descansar sobre la idea de que todo va a mejorar. La persona joven desea ayuda ahora
mismo — ¡hoy!
Desarrollar un sistema de valores es de suma importancia para el adolescente porque éste será la directriz para vivir y funcionar en el mundo. Los padres, los ministros y otros adultos cristianos contribuyen e influyen en este sistema; pero igual lo hacen los compañeros. La familia ha sido, para la mayoría de los jóvenes, hasta este punto, de primera importancia. Sin embargo, cuando los años de adolescencia emergen, la familia se mueve de su primera posición a una secundaria, y el grupo de compañeros se mueve al primer lugar. Lo que el
grupo de compañeros piensa y hace viene a ser una influencia mayor. Los padres, especialmente, deben estar conscientes de esto y no resentirlo, pero deben preocuparse en cuanto a la compañía que sus hijos frecuentan. Los padres deben ser animados a conocer a estos amigos y sus familias.
El sistema de valores y la identidad están estrechamente relacionados y durante este tiempo se enfoca un dilema real para los padres, y aun para los pastores.
Según el adolescente busca desarrollar su identidad, de acuerdo a Marcia, se mueve a través de las etapas de confusión, restricción y neutralidad en su camino a completarla. Restricción, como previamente se mencionó, es casi una adopción automática de los valores y compromisos paternales. Por lo mismo, el movimiento hacia neutralidad es un período de cuestionar, evaluar, reevaluar y tener un tiempo cuando no hay verdaderos compromisos. La persona joven debe tener este tiempo de búsqueda a fin de progresar hacia el logro de la
etapa de identidad. El verdadero dilema para los padres y aquellos que ministran a los jóvenes sobresale en este punto. Estas preguntas deben ser consideradas: Verdaderamente permite usted a un joven experimentar neutralidad o trata de impedírselo? Permite usted neutralidad pero la ignora?
Permite usted neutralidad en todas las áreas, menos en el desarrollo religioso?
La única respuesta concreta a las preguntas anteriores es que, es virtualmente imposible prevenir la neutralidad. Todos los jóvenes la experimentarán en alguna u otra manera. También habrá grados de envolvimiento en la neutralidad.
Algunos adolescentes pasan a través de esta neutralidad sólo de manera llana, mientras que otros casi son devastados por ella.
Los pastores y padres cristianos promulgan que hay ciertas verdades y ciertos patrones que sostenemos, y a los cuales nos adherimos, igualmente deben hacer nuestros adolescentes. Los adolescentes, por el otro lado, están diciendo que tal vez ellos necesitan ver por ellos mismos y experimentar algunas cosas antes de aceptarlas. Tal vez ellos adoptarán las mismas creencias, pero desean basar su aceptación sobre su propio envolvimiento y experiencias en vez de las de alguien más.
Quizá la mejor ayuda para ser capaz de tratar con la neutralidad es estar consciente de lo que está pasando. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero tal vez los padres, si están conscientes de que esto está pasando, puedan controlar sus reacciones a las situaciones problemáticas a fin de no levantar una pared, sino mantener abiertas las líneas de comunicación. Mientras que los padres y los jóvenes, los ministros y los jóvenes, se comuniquen, los problemas pueden
solucionarse. Cuando no hay comunicación, nada se logra.
En el área de relaciones con los padres y otros adultos, es de mucha ayuda considerar el hecho que la personalidad de los adultos de mediana edad y la de los adolescentes son muy diferentes. Mientras que no todos los adultos y no todos los adolescentes caen dentro de los tipos descritos, las siguientes comparaciones muestran varias diferencias que pueden guiar a desacuerdos.
Los adultos son cautos, basados en la experiencia; el adolescente es atrevido y desea probar cosas nuevas, pero carece del juicio basado sobre la experiencia.
Los adultos son orientados al pasado y comparan el presente con la manera en que eran las cosas; la única realidad del adolescente es el presente. El pasado es irrevelante y el futuro es obscuro e incierto.
Los adultos son realistas y algunas veces cínicos acerca de la vida y la gente; el adolescente es idealista y optimista.
Los adultos son conservadores en sus maneras, buenas costumbres y moralidad; el adolescente desafía los sistemas y ética tradicionales, y experimenta con nuevas ideas y estilos de vida.
Los adultos generalmente están contentos, satisfechos y resignados en la situación presente; el adolescente es crítico, incansable y un poco insatisfecho con la manera en que van las cosas.
Los adultos desean permanecer jóvenes y algunas veces temen a la edad; el adolescente desea crecer, pero nunca desea llegar a ser viejo.
La fábula personal y la audiencia imaginaria fueron mencionadas anteriormente en este capítulo. Muchos de los problemas de disciplina con los jóvenes, especialmente en grupos, pueden ser atribuidos a la teoría de la audiencia imaginaria. El adolescente piensa que a cualquier lado que va o en cualquier cosa que hace, los ojos de todos están sobre él, así que cubre su propio yo “actuando”. Si él muestra al mundo un muchacho realmente rudo, ellos no
podrán ver al muchacho tímido que está adentro. Si él muestra al mundo el muchacho rudo y áspero, ellos tal vez no verán el muchacho sensitivo que se esconde en sus adentros. La primera pregunta en la mayoría de los problemas de disciplina es: Qué se está tratando de esconder o cubrir?
La fábula personal tiene dos manifestaciones, más o menos diferentes. Por un lado, el adolescente siente que en el mundo ningún otro individuo tiene los mismos problemas que él está experimentando. Nadie más tiene un cutis tan terrible. Nadie más es tan desproporcionado en altura y peso. Nadie más tiene el problema del mal olor del cuerpo. A ninguno le crece el pelo en cuatro direcciones diferentes. Por el otro lado, la manifestación de la fábula personal da al joven un sentido de invencible e inmortalidad. La muerte y la enfermedad no lo pueden tocar porque él no es como los demás. Estos jóvenes sufren
mucho cuando muere un amigo cercano o un miembro de la familia.
Tal vez la mejor manera de luchar con la audiencia imaginaria y la fábula personal es tolerarla. Cuando el adolescente madura y comienza a desarrollar un sentido de realidad más fuerte, ambas áreas parecen aflojarse gradualmente y cesan de ser un problema.

El desarrollo de la sexualidad del adolescente y su interés en las personas del sexo opuesto, son influencias mayores en su funcionamiento diario. Cualquier persona que trabaja con la juventud necesita investigar diligentemente estos dos asuntos. La tragedia es que si los adultos esperan hasta que el adolescente comience a discutir sobre sexualidad y su desarrollo sexual, será muy tarde. El tiempo para tratar con esta área es a mediados y finales de los años de la escuela primaria.

Para las muchachas, el interés en el sexo opuesto viene un poco después de los últimos años de la escuela primaria, y un poco más tarde para los muchachos en la mayoría de los casos. Generalmente se reconoce que en muchos casos, las muchachas sobrepasan a los muchachos uno o dos años, tanto sicológica como socialmente. Los muchachos parecen no alcanzar el mismo desarrollo hasta cerca de los catorce o quince años. Esta es una de las razones del porqué las clases conjuntas a nivel de segunda enseñanza en la escuela dominical presentan sus problemas. Una muchacha y un muchacho en el primer año de la escuela de segunda enseñanza son dos personas diferentes. El muchacho apenas puede estar comenzando a pensar en las muchachas, mientras que la muchacha ya está viendo a los muchachos más grandes y no a los de su misma edad o grado en la escuela. Esto es, obviamente, una simplificación, pero hace hincapié en el hecho que hay un vacío social y físico en los años de segunda enseñanza.

La última parte de este capítulo ha sido un intento por mencionar brevemente algunas posibles áreas de problemas para los jóvenes. Cualquier persona que trabaja con adolescentes pudiera usarlos como un “trampolín” para profundizarse en el estudio de los adolescentes.
Crecer es difícil en cualquier tiempo, pero quizá nunca lo ha sido tanto como en la actualidad. La palabra clave para los padres, pastores y cualquiera que trabaje con adolescentes es sobrevivencia. Ayude a sus jóvenes a sobrevivir la adolescencia y a permanecer en una pieza. Esto puede lograrse con amor, cuidado y entendimiento. Muchos sobreviven sin ello, pero no están completos.
También, es muy difícil tratar de criar y ministrar a este grupo.

Desafortunadamente no podemos ver cómo el Maestro de maestros usó este tiempo de su vida. No tenemos los relatos bíblicos de los años de adolescencia de nuestro Señor.

¡Lástima! Pudiéramos aprender muchas cosas!

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