viernes, 27 de febrero de 2015

¡SEÑOR, LIMPIA MI CORAZÓN!




Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana.

El corazón es a menudo mencionado en las Escrituras como el asiento de los afectos y de las pasiones y también de la sabiduría y del entendimiento. El Señor Jesús añade que del corazón del hombre proceden los malos pensamientos y toda forma de maldad (Marcos 7:21). La ley exigía al hombre que amara a Dios de todo corazón. La aceptación del evangelio tiene que ser en el corazón (Romanos10:9), y Yhwh da la capacidad al oyente de recibir las buenas nuevas con un “corazón bueno y recto”, lo cual da fruto (Lucas 8:15). En la nueva creación hay un “puro corazón” (Mateo 5:8), siendo conducido el cristiano por el Espíritu Santo (1 Tit_1:5; 2 Tit_2:22; 1Pe_1:22).

¿Cómo está mi corazón?
Es una tendencia natural del hombre estar examinando el corazón de los demás, sin saber que para reconocer el corazón ajeno hace falta primero estar preparado por el Espíritu Santo para examinarse primero uno mismo.

El profeta Natán hizo que el rey David pronunciara una sentencia condenatoria, presentándole un caso ficticio como si fuera real. De este modo, el culpable dictó su propia condena, (2Samuel12:1-15) cuando el profeta le mostró los pecados que escondía en su corazón. Dando lugar así a que el rey examinara su corazón y expresara en un clamor al Señor: “¡Crea en mí,  Dios,  un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí!” (Salmo 51:10).

¿Dónde está tu corazón?
Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Mateo 6:21)

El Señor no hace juicio sobre las riquezas, sino a la actitud que debe tomarse respecto al uso de estas.
"Ninguno puede servir a dos señores,  porque odiará al uno y amará al otro,  o estimará al uno y menospreciará al otro.  No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo 6:24) 
La palabra riquezas (mamón gr), aquí representa un poder personificado que domina al Mundo. Jesús lo que quiere es que uno sea un buen administrador de los bienes que te da para que lo glorifiques.

La fuerza del corazón
Bienaventurados los de limpio corazón,  porque verán a Dios. (Mateo 5:8)
Son los que han limpiado su corazón de toda codicia, especialmente la de las riquezas, a través de la lectura de su Palabra (Mateo 15:3),  los que son sinceros, sin malicia ni doblez en su actitud para con Yhwh y con el prójimo.



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